La existencia de informes que aseguran que el sexo -el sexo “malo”, el “exceso” de sexo- está relacionado con los trastornos de salud mental no es ninguna novedad. Esa idea se ha estado vendiendo durante décadas de una forma u otra. Con el aumento de los casos de depresión y ansiedad en los últimos años, era inevitable que los investigadores acabaran preguntándose si estas patologías guardan alguna relación con el hecho de que actualmente esta generación tenga sexo con el doble de gente que sus padres.
Hay titulares fatalistas (El sexo casual puede provocar depresión y pensamientos suicidas), libros y un creciente acervo de conocimiento adquirido que apuntan a que “echar polvos casuales” ocasionales es la consecuencia de una falta de autoestima o su causa. Sin embargo, también han aparecido estudios afirmando exactamente lo contrario, que el sexo casual es la bomba. Entonces, ¿quién tiene razón?
“La vulnerabilidad a la depresión existe antes de que se produzca el sexo casual, ya sea por herencia genética o transmitida como modelo por los progenitores”, afirma la psicóloga Tania Glyde. “¿Se educó a esa persona en la confianza en sí misma y la autoestima o se le menospreció o sometió a abusos, debilitando su ego frente al mundo de las relaciones?”.
“Cualquier situación podría ser el caldo de cultivo de una depresión, como el rechazo, el escarnio, el ninguneo, el sentirse distinto al resto o la necesidad de sentir que tu comportamiento sexual es igual al de los demás”, sustenta Glyde.
Parece que ningún estudio tiene en cuenta estos matices: al contrario, muchos sugieren que es más probable que las personas deprimidas tengan relaciones ocasionales o a la inversa. Pese a que no se ha probado ninguna de esas teorías, algunos investigadores se aferran a ellas obstinadamente.
¿Quién gana la batalla?
Sam Chalis, Director de Información de Mind, me dijo: “No hay suficientes pruebas como para asegurar que existe una relación entre la depresión y el sexo ocasional. Muchas personas depresivas notan que su apetito sexual disminuye cuando se encuentran abatidos, y los antidepresivos también pueden afectar a la libido y al funcionamiento sexual”.
Pese a que existen estudios sobre salud mental y conducta sexual, continúa explicando, este es “limitado” y “no explica la conexión entre ambas ni demuestra que una pueda influir sobre la otra”. Muchas de esas investigaciones proceden de EUA, por lo que no tienen en cuenta las diferencias de actitud hacia el sexo y las relaciones en otros países del mundo. “Los informes sobre este tema pueden llevar a confusión y no transmitir completamente la complejidad que entrañan”, explica Challis. “Hacen falta estudios científicos específicos y a mayor escala para poder determinar si existe un vínculo entre la depresión y el sexo ocasional”.
Uno de los síntomas que puedes desarrollar si pasas mucho tiempo consultando estudios sobre sexo es la desagradable sensación de que deberías estar preocupado. Los polvos ocasionales requieren de cierta planificación: ha de ser seguro, todos los participantes han de querer estar ahí y tener claro que quieren hacer lo que sea que vayas a hacer; incluso aunque nunca más vayas a ver a la otra persona, has de ser amable (esto se aplica a todos los ámbitos de la vida real). La gran diferencia es que pocas otras parcelas de tu existencia suponen una carga tan pesada.
El sexo con alguien a quien casi no conoces puede ser muy triste y frívolo, como también puede serlo una noche escuchando a gente decir chorradas en el bar. Por otro lado, podrían resultar ser experiencias reconfortantes y divertidas. No hay obligación de hacer ninguna de ellas. La ciencia nunca va a establecer una conexión firme y única entre el sexo y la salud mental, porque ambas partes de la ecuación son demasiado complejas.
La hipersexualidad puede aparecer conjuntamente con la manía, un síntoma común de algunos tipos de trastornos de salud mental, como el trastorno bipolar (del que no se habla en este artículo). Si te preocupan tu salud mental o has experimentado cambios en tu conducta sexual, habla con tu médico.
Fuente: critica.com.pa
0 comentarios :
Publicar un comentario