Sólo se necesita tener acceso unos minutos al teléfono de la otra persona.
Un hacker
español descubrió que no conviene dejar el celular fuera de control ni siquiera
por unos minutos, aún una persona con pocos conocimientos técnicos puede robar
una cuenta de WhatsApp y hacerse de todos los contactos y la historia de
conversaciones que uno tenga.
El
procedimiento, efectivamente, es sencillo. Lo primero que hay que tener es un
celular con la aplicación recién descargada y sin activar (los más sofisticados
pueden usar un emulador de celular en la PC que hace lo mismo). En ese equipo
se debe activar la aplicación. Cuando pregunta cuál es el número de teléfono,
se pone el de la víctima.
WhatsApp
ofrece dos formas de verificar la autenticidad de la línea telefónica. La más
usada y más simple es a través de un SMS. El mensaje llega al celular y en un
par de clics, la cuenta WhatsApp ya sale andando. Pero como el SMS es un
sistema que muchas veces no funciona bien, el mensajero da la opción de que el
código llegue a través de un llamado telefónico. Esta última opción es
precisamente el punto débil por donde se puede meter el intruso. Y esto es así
porque cuando ingresan las llamadas entrantes, los celulares automáticamente
desbloquean el equipo (patrones y contraseñas) y cualquiera puede atender la
llamada. Esa llamada informará el nuevo código.
Una vez
que tiene el nuevo código, al intruso solo le queda introducirlo en el otro
celular. Accederá a los contactos y conversaciones. Al estar en el nuevo
teléfono, la cuenta se borra del celular original. El intruso tiene mucho
tiempo para espiar o hacer desastres haciéndose pasar por el usuario original:
el tiempo que el dueño de la línea tarde en advertir el robo más otros 30
minutos que es lo que demora WhatsApp en reponer la cuenta.
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